Conservando nuestro patrimonio bibliográfico, mirando al futuro

31 de marzo de 2021
Escrito por: Iván Camacho

Inmersos en la segunda década del siglo XXI, en plena era de la transformación digital en la que el uso de la tecnología se está convirtiendo en el principal medio de gestionar todos los aspectos de nuestras vidas, debemos ser conscientes de que, para poder llevar y conseguir esos fines, siempre es necesario partir de un origen. De ahí la importancia de la conservación del patrimonio bibliográfico.

El Patrimonio Bibliográfico cada vez es más accesible al público en general y de forma más segura. Gracias a Internet y la digitalización documental, cualquiera puede consultar estupendas reproducciones digitales de obras que se encuentran custodiadas en bibliotecas a miles de kilómetros. Libros, documentos o grabados que, dado su gran valor histórico-artístico o a su estado de conservación, no pueden consultarse in situ y gracias a estos medios y a empresas como Abana y Camacho, sí son accesibles a golpe de click.

Pero no debemos olvidar que, para poder llevar a cabo estás reproducciones, debe existir el objeto, el origen. Y éste debe encontrarse en unas condiciones de conservación ideales para:

  • Conseguir su preservación a lo largo del tiempo.
  • Llevar a cabo la digitalización del mismo.

De poco sirve tener una reproducción, si la obra original está deteriorada y que con el tiempo se convertirá en un problema mayor o lo que es peor, que esté abocada a desaparecer. Debe mantenerse en las mejores condiciones posibles para, aunque sea lo mínimo, poder ser manipulada y así evitar males mayores. Siempre debe estar protegida mediante un contenedor de conservación en un ambiente con condiciones de aireación y humedad relativa adecuadas, de situaciones que deriven en cualquier peligro físico-químico.

En cuanto al proceso de digitalización, si bien los medios y técnicas para su reproducción cada vez son más inocuos para los materiales y técnicas gráficas utilizados en el patrimonio bibliográfico, debemos considerar que los objetos que lo conforman no se crearon ni se construyeron para ser digitalizados y, en el caso concreto de los libros, son muchos los materiales, técnicas y deterioros que pueden dificultar el proceso.

Cuando se decide reproducir digitalmente un libro es porque es algo único (como es el caso de los manuscritos) o bien un impreso que no está aún disponible “en línea” o es un ejemplar con unas características diferentes a los ya disponibles en Internet. Considerando estas opciones, al acordar llevar a cabo el proceso de digitalización, hay casos en los que el estado de conservación del soporte del cuerpo del libro impide o dificulta enormemente la digitalización. Principalmente son deterioros físicos, como pueden ser mucha suciedad superficial que impidan observar bien las grafías, desgarros o zonas perdidas como por ejemplo ataque de insectos, o manuscritos con tintas ferrogálicas o metaloácidas que, habiendo oxidado el soporte papel, hace imposible su manipulación.

En estos casos es necesaria una intervención mínima para poder cumplir el objetivo. No hacerlo supondría un gran tiempo de dedicación para su digitalización y lo que es más importante, podría derivar en deterioros mayores.

Como se comenta anteriormente, los materiales que conforman un libro pueden ser muy variados. Principalmente, los utilizados en la encuadernación, así como las técnicas ligatorias. Y no todas reaccionan por igual debido a sus características físico-químicas. Aun teniendo el mayor de los cuidados durante el proceso, pueden darse casos en los que un material no soporte un determinado grado de tensión y se produzca un deterioro mínimo que debe ser estabilizado para evitar males mayores y una asegurada preservación.

En Abana nos encontramos sensibilizados y comprometidos en esta importante labor de conservar el Patrimonio Bibliográfico. Es por esto por lo que, junto a Camacho, ofrecemos a nuestros clientes soluciones a estos problemas, que son tan habituales en las bibliotecas y archivos, disponiendo de un equipo profesional con muchos años de experiencia tanto en digitalización como en conservación de Patrimonio Bibliográfico.

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